INTRODUCCIÓN
No hay legislación en las
Escrituras respecto a la desnudez, pero la consideración del tema es pertinente
al estudio de la ley bíblica, como veremos.
Cuando en la Escrituras se usan
las palabras «desnudez» o «desnudar» de manera figurada, como en Jeremías 49: 10,
se refieren a «estar despojado de recursos, desarmado». A veces también quiere
decir «descubierto, hecho manifiesto» (Job 26: 6; He 4: 13). La referencia
primaria a desnudez es, sin embargo, Génesis 2: 25, con respecto a Adán y Eva
en el Edén: «Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban».
Es importante comprender el
significado de este pasaje, y luego sus implicaciones para la historia. Las
interpretaciones absurdas abundan. Así, según Simpson, quiere decir «que no
tenían conciencia del sexo». Es una ilusión popular de ideología liberal que el
sexo de alguna manera está conectado con la caída. Las Escrituras no dan
ninguna evidencia de esto; es más, puesto que se nos informa que Adán observó
sexo en los animales (Gn 2: 20), es absurdo dar por sentado que recibió a
EVA COMO SU ESPOSA Y PERMANECIÓ
CÉLIBE. LA INOCENCIA NO QUIERE DECIR ASEXUAL.
El comentario de Smith es
interesante en la conexión de este versículo a la siguiente sección, pero
erróneo respecto al significado de la desnudez:
Esta es la descripción de la inocencia
perfecta como de niños, y pertenece naturalmente a seres que todavía no sabían
ni el bien ni el mal. No es, sin embargo, la conclusión de la sección del
matrimonio, en la que sería indelicada, sino la introducción al relato de la
tentación, en que prepara el camino para la caída fácil del hombre. Es más, hay
un juego de palabras en estos dos versículos. El hombre está desnudo arom; y la serpiente es astuta arum. Así, en sencillez sin malicia
nuestros primeros padres cayeron con la serpiente tentadora, quien, en obvio
contraste con su inocencia no examinada, se describe como siendo de sutileza
especial.
Esto es absurdo y contrario a la
Biblia. Adán todavía no había pecado, pero sabía que violar la ley de Dios era
hacer el mal. Cada día que trabajaba para someter la tierra y ejercer dominio
sobre ella, Adán tenía la satisfacción de saber y hacer el bien. De nuevo,
Smith es absurdo y muy contrario a la Biblia al hablar de Adán y Eva como
cayendo «en sencillez sin malicia». Pero todo el punto de las Escrituras es que
pecaron a sabiendas y voluntariamente, tratando de ser sus propios dioses.
Dar por sentado simpleza en Adán,
que ya había hecho una clasificación general del mundo animal y trabajado con
conocimiento en el mundo vegetal es ridículo; fue creado como hombre maduro, y
ahora ya era trabajador de experiencia y pensador, un hombre conocedor. Eva,
como su esposa, había llegado a participar de ese conocimiento. Dar por sentado
inocencia y simpleza en la caída, o ausencia de malicia, es pecar contra Dios y
su palabra.
El comentario de Leupold va más
al punto:
En esta breve declaración se
añade otro rasgo al cuadro del estado primitivo de perfección; nada había
transpirado para despertar en el hombre un sentido de culpabilidad. Porque no
sentir vergüenza en un estado perfecto se debe a no tener nada por lo cual
sentir vergüenza. Todo estaba en armonía, y el hombre estaba en completa
armonía consigo mismo y con su Dios.
La vergüenza que Adán y Eva
sintieron en su caída tiene referencia en primer lugar a Dios, de quien se
escondieron (Gn 3:8), y en segundo lugar, de uno a otro.
De nuevo, el comentario de
Leupold es bíblico: Génesis 3: 7. El que el sentido de vergüenza se deba
concentrar alrededor de la porción del cuerpo que está marcada por los órganos de
la generación, sin duda tiene una razón más profunda en esto que el hombre
instintivamente siente que la misma fuente y manantial de vida está contaminada
por el pecado.
El mismo acto de la generación
está manchado por el pecado. Si este origen descrito bíblicamente del sentido
de vergüenza se aceptara como verdad, entonces todas las contenciones de los
antropólogos de que la vergüenza es más bien brote de las inhibiciones y
costumbres se desvanecen como secundarias e incidentales.
El relato bíblico va a la raíz
del asunto. El único destello de luz en el versículo es el hecho de que si
sintió vergüenza, el caso del malhechor no es irremediable. Por lo menos no ha
ido más allá del sentimiento en el asunto de hacer mal. La gracia previsora de
Dios permite que este sentimiento surja.
Habiendo tratado del significado
de Génesis 2:25, es necesario ahora pasar a sus implicaciones para la historia.
El sueño del Edén por largo tiempo ha dominado las mentes de los hombres, la
esperanza de una vuelta al paraíso. Con mucha frecuencia una parte de este
sueño ha sido un retorno a un estado de desnudez, de inocencia, y algunos
grupos, desde los adamitas de la historia medieval a los nudistas de hoy,
piensan que el camino a la inocencia es la desnudez.
En otras palabras, se aduce que
la ropa es un factor provocativo y que los hombres volverán a la inocencia solo
cuando vuelvan a la desnudez. La caída del hombre, así, se adscribe a la ropa.
Líbrese de la ropa, y por consiguiente se librará del pecado y de todos los
problemas del hombre. Se aduce que la salud, la paz mental, la fraternidad y la
igualdad volverán con el nudismo.
ESTA TESIS HA GANADO RESPALDO DE
PSICÓLOGOS Y SOCIÓLOGOS.
Es en esencia una fe religiosa.
El editor de Psychology Today
[Psicología hoy] la llamó «una ideología humanista gentil»; humanista,
en cualquier caso, claramente lo es. La literatura sobre el tema subraya muy
claramente el retorno al tema del paraíso que los nudistas como regla aducen ya
que el nudismo no provoca respuesta sexual en ellos.
El psicólogo Leonard Blank de
Rutgers sí notó que «los nudistas presentan mayores desviaciones de
personalidad, conflictos e inhibiciones sexuales, y distorsiones de las
imágenes del cuerpo, que los que no son nudistas». Su estudio también mostró
que la membrecía o participación en un campamento nudista siempre fue decisión
del hombre: «Nunca la esposa quiso ir más que el esposo».
El título de Blank revela más en
cuanto al nudismo, en verdad, que todo su artículo: «Nudity as a Quest for Life
the Way it Was Before the Apple» [El nudism como búsqueda de vida según lo fue
antes de la manzana]. La apelación del nudismo es el deseo de volver al Edén.
No debemos soslayar las tendencias voyerista de los hombres que participan,
pero el retorno al paraíso es claramente un factor importante y básico. ¡El
voyeurismo se satisface con demasiada plenitud en otras maneras en la sociedad
moderna! La afirmación sumaria de Blank es a la vez aleccionadora y divertida:
Las ropas ayudan a identificar
nuestra posición en la sociedad y la desnudez elimina una pieza importante del
equipo indicador. Los nudistas aducen que pueden asociarse con otros sin que la
ropa los catalogue. Aunque los nudistas pueden idealizar de alguna manera esta
afirmación, el campamento nudista derriba de manera efectiva los patrones que
se hallan fuera.
Género, clase y poder son menos
relevantes en una sociedad nudista, y la suspensión de estas barreras
artificiales aumenta el compañerismo. Incluso en el campamento nudista hay
choques de personalidades, camarillas y desacuerdos entre grupos. No todos
hallan la utopía allí; el 30% de los que respondieron no se verían afectados en
nada, si acaso, si el campamento se cerrara, el 26% quedarían afectados de
alguna manera, y solo el 43% se verían seriamente afectados. Cuando se les
pidió que mencionen a sus tres mejores amigos, el 49% no mencionó ni a un solo
nudista.
Varios obreros de fábrica dijeron
que el nudismo permitía a sus familias asociarse con personas de mejor clase
sin ser clasificados por sus uniformes o ropa usual. Reducimos el esfuerzo por
el estatus cuando eliminamos uno de los principales puntales del manejo de la
impresión. En los campamentos nudistas, el estatus toma otras formas: la piel
pálida del visitante esporádico se mira con desdén. La cola de conejo, o
persona con cuerpo bronceado y nalgas blancas, recaba menos prestigio pero
atrae miradas interesadas.
Por algo los psicólogos y
sociólogos que participan del mito de que el camino a la salud y la inocencia
es la desnudez están probando la desnudez como terapia. El psicólogo Paul
Bindrim de Hollywood, con el Dr. William E. Hartman, profesor de sociología del
California State College, Long Beach, California, ha organizado «maratones
nudistas» como terapia para personas en problemas.
Su título va al punto: «La
desnudez como logro rápido de intimidad en terapia de grupo». Él piensa que
«por lo menos temporalmente» ha curado frigidez, impotencia en el hombre,
exhibicionismo, artritis, tendencias suicidas, psicosis, y ha «revitalizado» matrimonios.
Esto es muy probable; hay quienes
han informado incluso curas más asombrosas de pequeñas cajas negras y una
variedad de artilugios. El paciente mental usual que consulta al psicólogo o
psiquiatra a menudo es una persona que con regularidad recibe «ayuda» o «cura»
mediante diferentes charlatanes y cosas.
Pero retomando el tema del
nudismo y el paraíso;
Primero, un retorno al Edén no es una
esperanza bíblica. El Edén estuvo libre del pecado pero era con todo la sociedad primitiva, el comienzo
del hombre, no el fin. La meta es el reino de Dios desarrollado, la nueva
Jerusalén, un orden mundial bajo la ley de Dios.
Segundo, no hay razón para dar por sentado
que la desnudez fue la condición básica del paraíso, o sea, esencial para ello.
El énfasis del texto recae en la vergüenza,
no en la desnudez. Podemos de manera segura dar por sentado, en vista de lo que
Adán consiguió en el Edén, que pasó allí algún tiempo. Al tener la
responsabilidad de cultivar y cuidar el huerto, Adán tuvo necesidad de
herramientas, y podemos dar por sentado que empezó a desarrollar algunas.
Por cierto la evidencia temprana
de artesanías y artes en sus descendientes indica principios tempranos. Es más,
casi de inmediato Adán sintió alguna necesidad de refugio; después de todo, el
fuerte rocío o niebla nocturna que entonces regaba la tierra (Gn 2: 6) hizo del
refugio una necesidad inmediata. Los pies desnudos en la hierba húmeda
probablemente llevaron a Adán a decidir, después de su primera mañana, a
diseñar alguna respuesta para este problema, así que algún tipo de sandalias se
adoptó probablemente muy temprano.
Si no lo adoptó antes de la
creación de Eva, lo desarrolló, podemos dar por sentado con seguridad, poco
después por acicate de ella. Dicho brevemente, es seguro dar por sentado que,
sin la caída, la ropa se hubiera inventado muy pronto.
Tercero, de alguna manera, la capacidad
para hacer vestidos o cubiertas, tal vez con el propósito de usarlos para
dormir, ya se había conseguido. Cuando la vergüenza de la caída los golpeó, de inmediato
«cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales» (Gn 3: 7) o taparrabos.
La capacidad ya estaba allí. Los vestidos tal vez los hizo Eva antes de manera
experimental, como adorno, o como una cubierta para el rocío de la mañana. El nuevo elemento fue un deseo de
cubrirse debido a la vergüenza del pecado.
Cuarto, Adán y Eva estaban solos en el
Edén; puesto que todavía no existían otros hombres.
Así, es evidente que la fe del
nudismo y de la ideología humanista en un curalotodo en la desnudez es absurda.
Un retorno al primitivismo no es la solución a los problemas del hombre. El
deseo de abolir las desigualdades y diferencias privándoles de ropa a las
personas no reconoce el hecho de que las ropas no determinan la diferencia en
la sociedad; las personas la determinan, e, incluso en los campamentos nudistas
líderes y seguidores, personas populares e impopulares, así como también líneas
de clase en efecto aparecen a pesar de las esperanzas al contrario.
La ley no se orienta al pasado y
a la desnudez sino más bien al futuro y al progreso alejándose del
primitivismo. No es sin razón que la distinción entre personas civilizadas y no
civilizadas aparece en asuntos de ropa tanto como en otros asuntos.
El nudismo es primitivismo, y es
a la vez patético y suicida como filosofía.